sábado, 15 de octubre de 2016

HABLAR POR NO CALLAR

Escribo hoy después de despejar mis sufridas neuronas (las pocas que me quedan útiles) de los recovecos dialécticos y mentales de ayer tarde.

Fui público atento, aunque a veces se me escapaba la atención a procelosos parajes ignotos, de la presentación de los diversos proyectos presentados a la Asamblea Ciudadana de Podemos Madrid.

De todos los que se han invitado a esta fiesta, solo cuatro vinieron a Móstoles, a saber:

Podemos Escucha
Proceso Adelante
Uniendo Podemos
Documentos y Punto

Los otros o no tuvieron tiempo o no tienen personal para abarcar tanta reunión sesuda como se está produciendo a lo largo y ancho de nuestra geografía de patria chica.

No importa, es de agradecer la dedicación que sin duda vienen realizando los adalides de cada propuesta. No se puede estar en todos los lados y parece que Móstoles no reune las condiciones objetivas para ser suficientemente atractiva para algunas propuestas.

En cualquier caso se procedió al debate, por llamarlo de  alguna manera, con orden, moderación y buenos tonos en general. Hay que decir que fue magníficamente encauzado por su moderador, Julio Alberto, procurando que diera lo mejor de sí a pesar del formato encorsetado del que se partía.

Muchas gracias Julio.

Se empezó con una presentación de cada proyecto con un tiempo limitado a 5 minutos, para pasar a presentarse también diversas ponencias presentadas por determinados Círculos (Educación, Migraciones, Marea Joven y Podemos Móstoles).

Hasta este momento todo era tan tedioso, desde mi punto de vista, como leer este peñazo que estoy escribiendo. Las diferencias de contenidos , si es que existían, quedaban subsumidas en los discursos bastante vagos de los intervinientes. Mucha paja y pocas nueces.

Pero hete aquí que llegó el turno de preguntas del respetable. Ahí la cosa sí se fue animando. Las preguntas se hacían para todos los equipos, de modo que tenían 3 minutos para contestar cada uno.

Esto daba una cierta agilidad, aunque no salvaba la mamotrez del formato. Hasta que llegó la formulada por nuestro cómico y farandulero más querido, Gabriel Ortega, flamante Concejal de Cultura y Bienestar Social de Móstoles.

Siempre conciso y concreto: "Abajo/arriba o izquierda/derecha". Así, sin floripondios innecesarios. Cruda y directa. En plena línea de flotación de los buques insignia de los proyectos presentes.

¡Toma, y ahora contestas en 3 minutos!

Y cada cual salió como pudo del embolao en el que Gabi los había metido.

Hubo quien no se enteró de qué iba la pregunta, caso del representante de "Documentos y Punto", que se lió con la bonanza de las bases en contraposición de los malvados que pueden ser los dirigentes, por lo que había que atarlos en corto... o cosa similar, puesto que no se entendía muy bien su argumento.

Hubo quien tiró de manual del buen militante para salir del paso con unas pocas frases hechas, con tanto contenido como el humo de los puros que se fumaba Fidel. Caso de "Podemos Escucha".

Quien, en un intento más o menos afortunado, desgranó toda una teoría política de la necesidad de aglutinar mayorías suficientes e imprescindibles para lograr cambios reales. Llamó a la trasversalidad como la nueva radicalidad y declinó el encaje de "moderados" en sus planteamientos. Independientemente de que yo ando mezclado (que no agitado) en este proyecto, "Proceso Adelante", me pareció el argumentario más elaborado y la exposición más convencida.

Y llegó el turno de "Uniendo Podemos", cuya representante, jurista ella, con mirada fiera y potente voz, nos deleitó con un nuevo eslogan para adornar camisetas, tazas o alfombrillas para el ratón: "Desde abajo y desde la izquierda". Y se quedó tan agusto.
Se colocó por montera todo el argumentario elaborado desde los inicios más inicios de Podemos y nos puso de golpe, no en la esquina del tablero, ese que todavía no hemos sido capaces de sacar de la mesa, sino en la habitación contigua a la se que guarda el dichoso tablero.
Más allá del invierno frío, del llanto y del crujir de dientes, en el reino feliz de la militancia de izquierdas y mucho de izquierdas, pocos pero bien avenidos, escasos pero inasequibles al desaliento, construyendo una vida y un discurso solo válido para los iniciados, los escogidos, aquellos que son llamados por la palabra redentora del líder o la historia.

He de decir que quedóme patidifuso y temblequeante de canillas: ¡Joder qué miedo me dio!

Como podéis ver con esta pregunta bienintencionada de Gabriel se vieron con claridad las diferencias entre documentos. El retrato en sepia de unos, antiguo y manido. El a por uvas de otros. La llamada a las trincheras de la historia de los más "aguerridos". Y una mirada hacia delante todavía confusa, todavía cociéndose a fuego lento, pero aceptando ingredientes de mucha gente, por parte de los últimos.

Todo este peñazo de texto no es un resumen fidedigno, no es siquiera un retrato que capta el momento más sugerente. Es, en todo caso, una tontuna mía o aquello de hablar por no callar.

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