miércoles, 5 de octubre de 2016

ALEA JACTA EST

Alea jacta est. Los socialistas nos han retransmitido casi en directo su harakiri. Una puesta en escena digna del mejor Berlanga. Con intriga previa, traiciones soterradas y explícitas, gritos en la madrugada, lloros por los rincones, kilos y kilos de pañuelos de papel desbordando las papeleras junto a los votos que no se votaron... Y finalmente cayó Pedro. Voto a mano alzada soportando estoicamente las miradas admonitorias de los jefes de fila, para dar un resultado de quiebra medianera.

Le dijeron: Pedro vete, ya no nos vales. Te has vuelto incómodo con tu manía de querer pactar con las izquierdas (y alguna derechita) de este país y los colindantes. Adiós compañero, la historia y dios te juzgarán.

Y se quedaron para arreglar tremendo desaguisado y elegir una gestora. Órgano transitorio donde los haya, flojito y corto de competencias, pensado para ser remiendo entre crisis y no dirección colegiada de nada más importante que organizar los lápices por colores.

Con estos mimbres, mis antiguos compañeros socialistas, intentan pasar el Rubicón sin despeinarse ni salpicarse con las inmundicias que acarrea.

Como se puede ver, ninguno de los líderes y lideresa del sector crítico ha dado un paso al frente para comerse el marrón que le toca a la gestora. Listos ellos y lista ella, han elegido por aclamación popular a Javier Fernández (dado el enorme respeto que todos los sectores le profesan, dicen) como presidente de un grupo descafeinado, de bajo perfil político y previsible futuro de bonzos tibetanos.

Y como era de esperar, dado su papel de Don Pelayo en esta farsa, su primera comparecencia ha anunciado sin decir lo que será que no se dirá. Vamos que seguimos en el si pero no, en el puede ser pero me da canguelo ser el primero, en el ahora no es el momento y todavía nos queda tiempo y muchas más boludeces del estilo... Comité Federal dios mediante.

A todo esto los Rajoy Boys están que no les cabe una abstención (dorada eso sí), por semejante parte, de gozo y alegría contenida. Sin mover ni un dedo, sentado en su olimpo y aferrado a su puro, este fenómeno de la historia más cutre de nuestro país, ha conseguido de su partido oponente (hasta el momento) que se autoaniquile solo con un pequeño incentivo ofrecido bajo el tapete del juego, por manos fulleras.

Ahora, en la placidez de su bien ganado tiempo de prórroga, deshoja la margarita para decidir, solo ya, si hay o no terceras elecciones que le encumbren (encuestas dixit) a una mayoría más cómoda para seguir con sus planes de jodernos a los españoles, ¡total como son gilipollas y me votarán de nuevo!

Y nuestros próceres, descolocados por esta tragicomedia, se han quedado como Jaimito sin caramelo. ¡Ahí va, me lo han quitado! Y enfurruñados salen al recre, con cara ceñuda, a avisar al niño grandón de que si pacta con el feo de gafas, sus amiguitos de las otras clases les quitarán el bocadillo de nocilla. ¡Ea, para que te enteres!

Mientras la vida sigue y nos desayunamos con las colas de imputados e imputadas para poder entrar en la Audiencia Nacional para asistir cada uno a lo suyo. Pero eso es otra historia.

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