lunes, 11 de junio de 2018

PODEMOS MOSTOLES: UN ACUERDO MEJORABLE

Hoy comienzan las votaciones para configurar las direcciones municipales de Podemos en numerosos pueblos y ciudades a lo largo y ancho de nuestra sufrida y esperanzada patria. También en Móstoles, mi ciudad. Por estos pagos finalmente se ha conseguido articular un acuerdo que auna las diferentes sensibilidades, o la mayoría al menos, que conforman nuestra organización local.
Una buena noticia en sí misma. Evitar la confrontación entre compañeros y compañeras siempre es deseable, máxime cuando aún no controlamos debidamente el intercambio de pareceres sin arañarnos las meninges.
En Móstoles se ha conseguido y hay fumata blanca. Un solo candidato a la Secretaría General y una lista conjunta de hombres y mujeres bien imbricados en el partido. Lista que se ha bautizado con el nombre de "Podemos Ganar Móstoles", síntesis entre nuestra organización y el partido instrumental mediante el que cogobernamos nuestra ciudad, con éxito, todo hay que decirlo y celebrarlo.
Esta candidatura está soportada en el proyecto político y organizativo del mismo nombre y que da sostén a la acción política venidera, al menos durante los dos próximos años, tiempo de vigencia del Consejo Ciudadano que hoy se pone a elección.
Este proyecto es fruto también del consenso entre los tres que se pusieron sobre la mesa y pretende ser una síntesis de todos ellos. No me parece así finalmente. En el camino se han quedado aportaciones muy interesantes que hubieran dado un contenido más dinámico, aportando mayor conexión con el exterior del partido, favoreciendo ese ensanchamiento imprescindible para poder disputar con solvencia el gobierno de nuestra ciudad al resto de fuerzas políticas presentes en la misma.
Creo que se ha optado por el mínimo denominador común, en vez de ser ambiciosos en los objetivos políticos a conseguir. Se han desechado ideas muy interesantes contenidas en el proyecto denominado Podemos + que daban una proyección política inusual e imaginativa, que seguro desbordarían las propuestas de las organizaciónes clásicas de nuestro entorno. Imagino que se podrán recuperar a la hora de la elaboración del programa electoral, pero es una lástima que no formen parte del cuerpo primordial de nuestro soporte político, lo que nos daría una mayor dimensión formativa y de visión global, tanto a nuestros cuadros como a nuestros militantes.
Da la impresión de que se ha consensuado un poco atados por miedos e incertidumbres en vez de poner la audacia como elemento vertebrador del acuerdo. Nos hemos quedado cortos y, posiblemente, algo faltos de relato ilusionante hacia el exterior. Nos ha podido la interna, el refugio, el confort de estar y reconocernos entre los "nuestros", en lugar de apostar por construir un edificio abierto, luminoso y ventilado por el que puedan transitar mil gentes, ir hacia el "todos" aunque, a veces, nos dé vértigo y nos incomode.
Como es lógico el aspecto organizativo responde a dicha concepción demasiado interiorizada de la acción política. La estructura propuesta del mismo Consejo responde a criterios clásicos de verticalidad, de pocas responsabilidades nominativas en torno a un círculo estrecho de tomas de decisiones. Este sistema fue necesario en el periodo anterior en el que era imprescindible construir partido y abordar, al mismo tiempo, reto electoral tras reto electoral, aquello que se denominó "máquina de guerra" y que yo mismo defendí y pusimos en práctica en Móstoles con algunos aciertos. Sin embargo hoy ya no tiene justificación si queremos apostar por organizaciones más abiertas y permeables al entorno social en el que nos instalamos. Correr tanto como hemos corrido para llegar a una meta de organización política centralizada, basada en el redescubrimiento del "centralismo democrático" obsoleto como la panacea de la gestión y dirección interna de nuestra casa, me parece el colmo de los despropósitos. Esto no es culpa de la gente de Móstoles, o no en su totalidad, es una tendencia que viene desarrollándose desde Vistalegre II por vía de los hechos consumados y que, alegremente, nos aturulla con plebiscitos y reglamentos, a cada cual más incomprensible. Sin embargo en Móstoles también ha gravitado la posibilidad de romper esta dinámica perversa dado que, dentro del proyecto presentado por Podemos +, se contemplaba una estructura organizativa del Consejo diferente, más horizontal, con mayor distribución de responsabilidades nominales, trabajando por áreas de gestión, coordinación y decisión política, favoreciendo una mayor dinámica colaborativa a la par que ejecutiva y mejorando los espacios de toma de decisión, haciéndolos más colegiados y por tanto facilitando el aprendizaje de la acción decisoria y el liderazgo, tanto individual como colectivo, que conlleva la responsabilidad y el gobierno de una organización como la nuestra.
En cuanto al equipo de personas que se presentan formando parte de la lista "Podemos Ganar Móstoles", nada que objetar, todos y cada uno de ellos y ellas son enormemente válidos, con un gran compromiso con el partido y sus ideales, con ganas de poner lo mejor de cada cual al servicio del conjunto. Solo lamento no haber sido selecionado para formar parte de dicho equipo y poder incorporar mis aportaciones, unas veces interesentates puede que hasta inovadoras y, otras veces, muy locas, quedando en el banquillo a la espera de que vuestros votos me incorporen o no al mismo.
En definitiva, creo que es bueno y defiendo el que se haya llegado a un acuerdo que nos permita cooperar entre nosotros en vez de degollarnos amistosamente, pero estoy convencido que puede y debe ser mejorado sustancialmente en su desarrollo si queremos presentarnos ante la ciudadanía con un relato ilusionante y solvencia política desbordante. Para ayudar en esta tarea me propongo, humildemente, si es que así lo consideráis.

miércoles, 24 de enero de 2018

¡Y VAMOS POR LA SEGUNDA! Segunda parte



Seguimos con la reflexión y las aportaciones para el debate inicial de la II Asamblea Ciudadana de Podemos Móstoles. Tal como indicaba en mi anterior entrada, un de los ejes que tenemos que tener en cuenta a la hora de establecer las prioridades de acción política en el nuevo ciclo es el electoral, que va a transcurrir impregnando todo el periodo, desde ahora mismo hasta el final del año que viene.

Es necesario que reflexionemos con serenidad sobre los mecanismos más ventajosos y tomar las decisiones más adecuadas para abordar las distintas citas electorales en las mejores posiciones posibles y transmitiendo el mensaje más adecuado a esa mayorías a las que queremos y nos debemos dirigir.

En Móstoles partimos de una situación ventajosa desde el punto de vista municipal, ya que venimos cogobernando el municipio con marcado y reconocido éxito por una parte importante de nuestra ciudadanía, demostrando en el práctica que gobernar de forma diferente a la práctica habitual es posible, y no solo posible sino muy deseable para amplias capas de nuestra población.

Este reconocimiento nos posibilita abordar desde ahora mismo una amplia propuesta de transformación en nuestra ciudad, poniendo especial énfasis en la necesidad de establecer un amplísimo consenso social en torno a los principales ejes de nuestro proyecto de futuro. Este consenso debe darse entre nuestra parte institucional, representada por nuestros cargos públicos; nuestra dirección política, ubicada en el nuevo Consejo Ciudadano Municipal; nuestra fuerza organizativa, concentrada en los círculos territoriales y los grupos de trabajo sectorial; y el conjunto de la sociedad mostoleña organizada, esa miriada de pequeñas y grandes organizaciones sociales, culturales, deportivas, lúdicas, juveniles, mayores, etc., que conforman las arterias y las venas por donde circula la vida activa de nuestra ciudad.

Ahora estamos en una magnífica situación para apostar claramente por un proyecto político que nos permita competir con garantías de triunfo en las próximas elecciones municipales. Mucho más teniendo en cuenta los últimos acontecimientos acaecidos en nuestro municipio y los interrogantes que se abren en el campo socialista para sustituir a un alcalde como David Lucas, esperemos que con alguna fórmula que facilite la estabilidad en el gobierno tripartito en nuestra ciudad, de la que hemos sido, y seguiremos siendo, garantes en todo momento por nuestra lealtad institucional y nuestra responsabilidad política.

Siendo esto así, en nuestro debate interno de cara a la II Asamblea Ciudadana se nos abre una dirección clara: apostar por dar mayor preeminencia política y, por lo tanto, mayor visibilidad pública y mediática a nuestra participación institucional encarnada en nuestro portavoz, Gabriel Ortega, como la herramienta más adecuada para lanzar desde ahora la precampaña electoral (las propias primarias y el desarrollo y resultados de esta II Asamblea Ciudadana pueden funcionar, si se gestionan bien, como trampolín de lanzamiento y renovación de la presencia de Podemos en la vida política mostoleña). Esta dirección, por tanto, debería tener como inicio de partida la elección de Gabriel como Secretario General en las primarias correspondientes con un apoyo contundente del partido, así como con un Consejo Ciudadano de amplia capacidad, trayectoria, voluntad y eficacia que de valor añadido a la citada elección, ponga el partido a trabajar al unísono y transmita un mensaje claro y rotundo a la ciudadanía: ¡Queremos ganar porque Sí se puede!

Esto significa que solo vamos a trabajar en clave electoral? Ni mucho menos. No seríamos quienes somos si dejáramos todo el pescado a la sartén electoral. Muy al contrario, el proyecto político y organizativo que tenemos que renovar en nuestra II Asamblea Ciudadana tiene que contener un altísimo abanico de propuestas transformadoras de largo alcance, entre ellas, en posición destacada, encontrar soluciones imaginativas e innovadoras para trabajar con nuestros círculos, con nuestra militancia, con nuestros inscritos e inscritas y las personas que apoyan nuestros planteamientos políticos desde espacios más difusos para conseguir que no sean solo los votos los únicos anclajes de nuestro proyecto y construir un nuevo relato vivencial y cultural, confortable y seguro en nuestros entornos en el que se puedan sentir cómodos importantes sectores de nuestra población.

Podemos hacer oídos sordos, incluso cerrar los ojos, pero la realidad política de nuestro municipio nos está llamando insistentemente, es tozuda y no nos va a abandonar por más que la rechacemos inmersos en nuestro relato. Es hora de abrir las ventanas y escuchar la música de la vecindad, de mirar el paisaje y reconocer y reconocernos en las esquinas de nuestras calles. Es la hora de poner el corazón y la razón en la misma sintonía.

Y mañana hablaremos del gobierno, PePeLui.

jueves, 18 de enero de 2018

¡Y VAMOS POR LA SEGUNDA!


Hemos cumplido 4 años. Ya somos mayores y casi nos hemos olvidado de jugar y de imaginar. Somos mucho más predecibles, mucho más lineales. Alguien dirá que es una consecuencia lógica fruto de la maduración, del crecimiento. ¡Para nada! En todo caso es la lógica del enroque. Pero no es de esto de lo que quiero hablar. Los grandes conceptos me sobrepasan y me aplastan, mejor me quedo en lo cercano, en lo que tengo más a mano: mi ciudad, Móstoles y sus circunstancias. En este caso la circunstancia se llama Podemos Móstoles.

En Podemos Móstoles también nos hemos hecho mayores y llega el tiempo de reformular nuestro proyecto local. Habrá quien se acuerde que hace ya tres años decidimos, por amplia mayoría (aún hoy hay que recordárselo a algún que otro despistado), poner en práctica un proyecto denominado “MOSTOLES SÍ: GANAR MÓSTOLES”. Los contenidos políticos y organizativos que planteaba dicho proyecto son los que hemos desarrollado durante estos tres años. Ahora tocaría rendir cuentas al equipo que conformaba el Consejo Ciudadano saliente, fruto de aquellas primarias, y que han trabajado con enorme honestidad y dedicación. Es de agradecer su trabajo y su esfuerzo, su constancia y su audacia. Gracias compañeros y compañeras.

Sería interesante contar antes de la celebración de las nuevas primarias, de las que todavía no hay fecha fijada, con una suerte de memoria política de lo desarrollado en estos tres años por el Consejo Ciudadano y el conjunto de la organización. Así nos sería más fácil entender en qué punto nos encontramos y, por lo tanto, qué bases tenemos de partida para la definición del nuevo proyecto político/organizativo que aprobemos en la Asamblea Ciudadana próxima.

En espera de dicha memoria y haciendo gala de nuestras mejores costumbres, Podemos Móstoles ya ha dado el pistoletazo de salida para la celebración de su II Asamblea Ciudadana. Efectivamente, el pasado día 12 de enero se celebró un Plenario de Círculos en el que se pusieron las bases de dicho proceso y se abrió la posibilidad de la presentación de candidatos y candidatas tanto para la Secretaría General como para el Consejo Ciudadano. No será el único espacio ni momento en el que se podrá ejercer el derecho a ser elegido o elegida, pero ya hemos dado el primer paso.

Para la Secretaría General se postulan dos candidaturas: Mónica Monterreal y Gabriel Ortega.

Para el Consejo Ciudadano se postularon, inicialmente, un total de 16 compañeros y compañeras, con mayoría de estas últimas, lo que dice mucho en favor del trabajo que se ha venido desarrollando en el campo del empoderamiento femenino en nuestro seno. ¡Felicidades compañeras!

Como he sido uno de los locos que se ha presentado a formar parte del nuevo Consejo Ciudadano, me gustaría exponer una primera aproximación al debate que, necesariamente, tiene que darse en el camino a la II Asamblea Ciudadana.

En primer lugar creo que Podemos Móstoles se encuentra en un momento de salud política muy aceptable, teniendo en cuenta los datos que de otras organizaciones locales nos llegan. Contamos con seis círculos territoriales que siguen funcionando, en distintos ritmos y con distinta fortuna en sus acciones, pero perseveran. Contamos con una militancia que, a pesar de los difíciles tiempos que hemos pasado, no ha mermado sustancialmente. Contamos con un entorno no militante que mantiene su apoyo a las acciones del partido en Móstoles. Contamos con un grupo de cargos públicos (concejales, concejalas y cargos de confianza) cogobernando nuestra ciudad con un balance altamente positivo y una proyección política y social de gran importancia para asentar el proyecto de transformación que encarnamos. Y contamos, de momento, con los apoyos de más de 25000 vecinos y vecinas que nos votaron en las últimas elecciones generales. No es un mal balance para abordar, desde esas bases, el nuevo ciclo político.

Según los nuevos ordenamientos internos, el periodo de mandato del nuevo Consejo Ciudadano, será de dos años. Por lo tanto abarcará el presente año y el próximo. Años eminentemente electorales.

Si como está previsto se llevan a cabo todas las elecciones en el 2019, Municipales y Autonómicas, Europeas, sin descartar que pudieran adelantarse las Generales por falta de apoyos del Gobierno a la hora de aprobar los presupuestos generales de este año, nos encontraremos con un año trepidante otra vez.

Sin desmerecer ninguna cita electoral, me gustaría centrarme en la más cercana, las Municipales. Estas elecciones cuentan con un aspecto diferenciador con respecto al resto. Si bien se sigue votando en función de preferencias partidarias, ideológicas, intereses personales, concepciones religiosas, etc., por encima de las personas que se presentan, en las municipales también puede contar con un espacio de voto no desdeñable el conocimiento directo de los candidatos o las candidatas, la valoración de su trabajo y su implicación con la ciudadanía así como la traslación de esa aceptación personal a la formación política que los sustente.

Se me podrá decir que la elección del Consejo Ciudadano no es una candidatura para las municipales y, sin duda, estaré de acuerdo. No obstante tenemos que tener claro que lo que vamos a elegir en nuestra II Asamblea Ciudadana es el órgano de gobierno de nuestra organización, al completo, incluyendo militancia, inscritos e inscritas, espacios cercanos y apoyos difusos. Y además es el órgano que deberá proponer, con la participación de muchas fuentes y espacios, un proyecto de ciudad.

Al haber dos candidaturas para la Secretaría General, nuestro ordenamiento interno establece que deben presentarse acompañadas de un proyecto político/organizativo, caso de que ambas se mantuvieran en la liza hasta el final.

Si soy sincero me cuesta mucho ver en Podemos Móstoles diferencias suficientes como para plantear dos proyectos diferenciados y alternativos, uno de los dos tendría que apartarse mucho de la trayectoria que llevamos en estos tres años y del concierto y consenso plural con el que hemos trabajado habitualmente el conjunto de la organización.

Porque además las dos personas que se han presentado representan, a mi entender, los dos espacios fundamentales de nuestro hoy político: el partido y la institución. Dos caras de la misma moneda, de la misma acción política, y quizás lo más que pueda ocurrir es que haya determinados aspectos de dicha acción política local que se perciban de forma diferente, precisamente por estar trabajando en esos entornos diferenciados pero complementarios. Ahí está la gracia del asunto, que seamos capaces de armonizar esos espacios a veces contradictorios, incluso contrapuestos, en un mismo relato político y no hagamos de las diferencias naturales y lógicas en el trabajo diario, trincheras insalvables.

Entiendo que todos coincidimos en querer desarrollar un partido cada día más fuerte, más imbricado en la sociedad, más imaginativo, más audaz en sus propuestas, más capaz de procesos de transformación en nuestro entorno cercano y con mayor y mejor capacidad para gobernar nuestra ciudad. Si es así, pongámonos a debatir propuestas concretas que vayan en esa línea, armemos un proyecto ganador del presente y del futuro, poniendo la mirada en el aquí y ahora, pero también en el mañana y el pasado mañana.

Por eso me siento expectante por conocer las distintas propuestas que nos planteen Mónica y Gabriel, ver en qué se diferencian o no sus proyectos, ver las soluciones que plantean a problemas como: ¿cómo hacer que los Círculos no se conviertan en espacios vacíos?, ¿como se puede armonizar la acción política de nuestros representantes en las instituciones (concejales y concejalas, cargos de confianza, representantes en Juntas de Distrito y Consejos Sectoriales, etc.) para transmitir un mismo relato político a la ciudadanía?, ¿cómo trabajar con la sociedad organizada de nuestra ciudad para desarrollar un espacio de encuentro?, ¿como desarrollar un proceso de formación permanente de cuadros y líderes que posibiliten los relevos a medio plazo en el partido y las instituciones?, ¿como desarrollar y desde cuando la precampaña para las municipales y autonómicas?, ¿como articular las responsabilidades dentro de Consejo Ciudadano para abordar los retos del nuevo ciclo?, ¿en qué se tienen que invertir los ingresos con que cuenta Podemos Móstoles?, y así con todo lo que se nos ocurra.

Tenemos menos de dos años para desarrollar un proyecto de ciudad ganador, no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo en discusiones bizantinas. Vayamos al grano olvidándonos de la paja.... que al final se la lleva el viento.

Por mi parte apuesto por un Consejo Ciudadano del máximo nivel político y organizativo que podamos construir, que sea capaz de trazar políticas con audacia e imaginación para que la organización atraiga a los que todavía no están sin perder a los que permanecemos.

Y apuesto por una Secretaría General al frente de dicho Consejo que sepa transmitir a la sociedad las claves de un proyecto ganador, que sepa aunar los distintos espacios de análisis y trabajo en un mismo relato y hacer equipo eficaz y pinturero, que sepa concitar apoyos y complicidades tanto dentro como fuera del partido y, a ser posible, que huya de convertirse en el “militante de hierro”.

Y por hoy ya es suficiente. Mañana hablaremos del gobierno, PepeLui

viernes, 18 de noviembre de 2016

EL SÍNDROME DE DORIAN GRAY

Debo estar de bajón. Hoy tengo la sensación de estar en una pérdida de tiempo insufrible. Leo, escucho, miro y solo veo espectáculo, o al menos esa sensación tengo.

Cuando me he enterado que, ya desde septiembre, un miembro del equipo jurídico del Grupo Parlamentario de Unidos Podemos, esposo, marido o cónyuge de Gloria Elizo, persona de confianza de Pablo Iglesias y componente de la Mesa del Congreso, ha inscrito a la coalición electoral Unidos Podemos como partido político, lo primero que he pensado es que nos han dado gato por liebre.

Que aquella pregunta que se nos hizo a los sufridos inscritos antes de las elecciones de junio sobre el particular y que reproduzco para quien no la conozca o la recuerde, se la han pasado por el arco de triunfo.

Pregunta:

"¿Estás de acuerdo con que PODEMOS concurra a esta segunda vuelta de las elecciones que se celebrará el 26J en alianza electoral con Izquierda Unida, Equo y otras fuerzas que apuestan por un cambio real en este momento histórico y que repita en los mismos términos que el pasado 20D las confluencias En Comú Podem en Cataluña, En Marea en Galicia y Compromís-PODEMOS-#ÉsElMoment en Valencia?"

Como se puede comprobar en ningún momento ni en ningún párrafo se indica que esta alianza electoral fuera a convertirse en partido político.

Pero cuando, como respuesta al revuelo que se ha montado con el temita, las tres fuerzas políticas inclusas en este lío sacan un comunicado para decirnos que no, que no tiene nada que ver, que solo es para garantizar el nombre de la coalición por si las moscas a alguien se le ocurre inscribirlo y ya no pudiéramos utilizarlo, todavía me mosqueo mucho más.

En la deriva hacia la gauche a la que venimos asistiendo día sí y día también, expresada en las diferentes intervenciones públicas de nuestro amado Pablo Iglesias y el personal de su guardia pretoriana (Isabel Montero, la portavoz del rictus permanente, más parecida a la maestra aquella que te molía los nudillos con la regla cuando no acertabas que dos más dos son cuatro; Mayoral. últimamente más calladito; Garzón en su papel de niño del maíz, cosechando los más viejos ramilletes de eslóganes de principios del siglo XX: "¡Proletarios del mundo uníos!";  Ramón Espinar, el nuevo astro ascendente en su interlocución con los dioses; sin olvidarnos del oráculo de Podemos, verbo telúrico y desparramado, conformador de opinión y paseante por platós y espacios impresos, el inigualable Juan Carlos Monedero, además de algunos otros de menor talla o más situados en los laterales), nos podemos encontrar que acabemos como aquel barco en el que el propio capitán dinamita los fondos y hace naufragar mientras en el puente de mando mira iluminadamente el devenir de la historia.

Si no nos damos prisa es muy posible que aquel Podemos nacido de la ilusión, la alegría y las calles, en poco tiempo se convierta en una caricatura de sí mismo. Cuadro que aparentemente siga conteniendo la juvenil imagen en su exterior, en lo visible, pero que en su corazón se vea aviejado de pronto, con ojeras, arrugas y mala leche. Como el cuadro de Dorian Gray, vamos.

Desde hace algún tiempo tengo una duda que me ronda como mosca cojonera. Con los acontecimientos que hemos vivido en los últimos meses. La inoperancia de un partido y un candidato cuasi mayoritario para poder conformar gobierno o, más bien, su increíble manejo de los tiempos políticos hasta conseguir lo inconseguible. Las prisas de unos advenedizos en hacerse muleta de alguien, de quien sea, pero siempre en el nombre de España. La puesta en marcha de la guillotina política del partido mayoritario, por poco, en las izquierdas desorientadas, cobrando la cabeza de su líder como trofeo cinegético y ofreciéndose como sacrificio propiciatorio en un altar trucado, también en nombre de España. Y, finalmente, el descorche del tarro de las esencias más rancias y que peor aroma expanden a su alrededor, por el que prometía ser el redentor de los de abajo, de aquel que venía a romper el tablero de juego por amañado y recuperar la centralidad social y política para transformar las vidas de los plebeyos, haciendo trasversal la alegría y la sonrisa, porque era su fuerza.

Bien, pues después de todos estos acontecimientos concatenados, me barrunto que hay quien se está dando de plamadas en las rodillas mientras no para de reírse desaforadamente. Poquito a poco, se han vuelto a poner las cosas en su sitio. Ni ruptura de tablero ni gaitas, cada cual en el sitio que se le ha asignado de antemano. La derecha o mejor, las derechas, gobernando; la cúpula de la izquierda bipartidista desarbolada y vendida, su bases desorientadas y sin rumbo, campo vacío y sin cosecha. Finalmente la izquierda que no era izquierda propiamente dicha, que era mucho más que eso, volviendo a sus cuarteles de invierno que fuera hace frío. Cerrando filas, rescatando discursos recogidos en el manual del buen militante y dejando tierra de nadie entre las gentes y los próceres.

Si fuera un tipo conspiranoico pensaría que hay una mano negra, en b, que ha maniobrado sabiamente los diferentes resortes para que la maquinaria nunca se salga del carril previamente definido.

No soy conspiranoico, pero que alguien me cuente como se pueden producir tantas casualidades al mismo tiempo, y que todas favorezcan a los de siempre. Ahí lo dejo.

jueves, 17 de noviembre de 2016

¿VUELTA A ATRÁS?

Esta mañana me he sentido transportado, de forma brusca y enojosa, al espacio/tiempo en el que los jóvenes peinábamos melena, vestíamos con pantalón campana (pata de elefante, se decía), tocábamos la guitarra por los parques, en paz y amor, mientras todo a nuestro alrededor parecía que se derrumbaba. Luego resultó que no era verdad, solo fue un apaño en la fachada, cuatro manos de pinturita y una pequeña modernización de las persianas. Lo de dentro siguió siendo tétrico, oscuro y acongojante.

En esos tiempos de mudanza y trasiego, algunos jóvenes airados (pocos, no vayamos a confundirnos) militábamos en organizaciones de izquierda o de mucha izquierda, como le gustaría decir a nuestro presi catatónico.

Estábamos los chicos de las Juventudes Comunistas y los no tan jóvenes del PCE, en células y moléculas; los aguerridos revolucionarios del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico), que defendían la lucha armada y la subida a los montes; los troskos de la LCR (Liga Comunista Revolucionaria); los del MC (Movimiento Comunista), que no sé muy bien a qué capilla rendían pleitesía aunque durante un tiempo fueron prochinos; los de la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores), marxistas/leninistas pensamiento Mao Tse Tung y otros muchísimos grupúsculos más. Previo a todos los indicados fueron los "felipes" del FLP (Frente de Liberación Popular), que nutrió a todos los anteriores de cuadros políticos y marcos estratégicos. Sus componentes fueron fichados por todo el arco ideológico del momento, desde el comunismo más comunismo hasta la democracia cristiana más cristiana.

Véase que en esta panoplia de trofeos colgados en la pared no menciono al PSOE. No es que me haya olvidado. Es que por aquellos tiempos ni estaba ni se le esperaba, al menos a nivel de los "corre que te pillo", huyentes de los "grises" y sus vergajos.

Y digo que de pronto esta mañana me he sentido transportado a aquellas épocas, porque el líder de Podemos, Pablo Iglesias, acaba de dar un salto mortal con tirabuzón para caer de espaldas en plena historia.

Parece que ha decidido que mejor nos volvemos a los tiempos gloriosos en los que la izquierda, esa izquierda pequeñita y saltarina, salida de las catacumbas y las persecuciones, gritaba por las calles "¡Amnistía, Libertad!", mientras los ciudadanos, estupefactos, asistían impertérritos al desarrollo de la liga de fútbol, que ganaría el Real Madrid, como casi todos los años.

Me da que hay algunos jóvenes catedráticos de Ciencias Políticas que como los pilló demasiado niños aquella epopeya y dado que consideran que la izquierda no gritó lo suficiente o no enarboló las banderas a la altura requerida, les toca ahora a ellos llevarnos por el buen camino y completar el giro del destino.

Si esta es la hoja de ruta para tansformar la sociedad, tal como quedamos tras el 15M y decidimos mojarnos hasta el tuétano, habremos puesto un dique en el camino. Estaremos pintando en nuestras propias paredes el "No pasarán" a nosotros mismos.

Y puede que a los que somos viejos del lugar y vivimos, nosotros sí, aquellos días que no tuvieron nada de epopeya y sí mucho de acojono (recuérdese los muertos que dejamos en el camino y muy especialmente a los abogados de la calle Atocha), no nos vuelvan a pillar en otro trueque de estampitas.

Al menos, a mí no. Palabra.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

DIA DE REVELACIONES

Hoy se desvelarán las incógnitas, al menos algunas, que nos depara el nuevo Secretario General de Podemos Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, y el Consejo Ciudadano recién salido del horno de las primarias. Es su primera reunión formal, su primera puesta en escena pública, por más que se celebre a puerta cerrada.

En el conjunto del partido se detecta la expectación que levanta esta cita. ¿Como será el reencuentro de los componentes de las dos candidaturas en la misma sala? ¿Habrá besos y abrazos o solo miradas de soslayo? ¿De qué color llevarán las bufandas y los tabardos? ¿Serán de Apple o de Smarphone? Incógnitas que serán desveladas al caer la tarde.

Después están otras minucias que también centran un morboso interés como el talante de gestionar los documentos, digamos la ley escrita, que salieron de la Asamblea Ciudadana y que refrendaban las tesis de Adelante Podemos, 9 sobre 10, que no está mal.

En esos documentos, en esa ley escrita, se contempla un mandato taxativo sobre las incompatibilidades en cuanto a la acumulación de cargos o responsabilidades, tanto orgánicas como representativas y/o ejecutivas en las distintas administraciones (estatal, regional o local). Y queda meridianamente claro: "“Una persona, dos cargos” con independencia de si éstos son internos o externos", recogido en el documento denominado "Documento organizativo: Órganos Autonómicos, función y coordinación".

Así pues esta será una de las piedras angulares en las que el nuevo CCA no deberá tropezar, ya que este problema le afecta a su Secretario General, Ramón Espinar, que suma al indicado el ser diputado regional y por serlo, senador y además portavoz del grupo en el senado. Además por ser SG de una Comunidad Autónoma pasa directamente al Consejo Ciudadano Estatal, si bien, solo de participante, sin mando en plaza.

Imagino que tendrá que elegir que cartera dejar en casa o traspasar a otro compañero o compañera. Será interesante ver por donde discurren su gustos y apetencias.

Pero no es el único caso, varios componentes del Consejo también tienen varias responsabilidades. En general se concretan en ser consejeros autonómicos, la reciente elección, y ser SG en sus municipios y concejales en los mismos. También deberán elegir en qué silla no volver a sentarse.

Espero que no se dediquen a elaborar justificaciones más o menos complejas e imaginativas para saltarse el mandato meridiano que establece la nueva legislación interna del partido en Madrid. Sería un malísimo ejemplo que el órgano elegido para gobernarnos se saltara la ley de la que nos hemos dotado colectivamente.

Junto con estas pequeñeces también tendrá su aquel ver como se produce el reparto de poderes entre personas tan distintas, ver el equilibrio entre los dos grupos conformadores de Juntas Podemos, Izquierda Anticapitalista y los ligados a Ramón Espinar, sujetos a la disciplina y el patronazgo de Pablo Iglesias. Imagino que ni en sus buenos tiempos los chicos y chicas de IA se hubieran imaginado encontrarse en posición tan ventajosa en una comunidad como la madrileña, eje de todos los caminos, máxime si tenemos en cuenta el peso real que tienen en el conjunto de la organización.
Aliados tengas y guardate los zapatos.

Hasta el momento no tenemos indicadores claros de por donde discurrirán los cauces de este gobierno interno. Tan solo algunas declaraciones de su líder, Ramón Espinar, en medios, antes enemigos, ahora parece que ya no tanto, sobre ciertas apreciaciones respecto a temas que no han estado en el tablero de juegos ni han sido motivo de debate ni acuerdo alguno, tal como el papel que debería asumir José Manuel López, portavoz del grupo parlamentario autonómico de Podemos en la Asamblea de Madrid y miembro electo del CCA por la lista de Adelante Podemos. Por cierto, ampliamente reconocido en su persona y en su trabajo parlamentario y al frente de la portavocía. Y hay que decir que es un fichaje de lujo para Podemos y para la ciudadanía en general, máxime teniendo en cuenta de donde procede José Manuel y la dilatada experiencia que acumula. Un clarísimo ejemplo de la incorporación de gentes extraordinarias a la primera fila de la acción política. Flaco favor haríamos a nuestros principios más irrenunciables si se le pide, amablemente o no, que abandone sus responsabilidades por ser coherente con sus ideas.

Sería muy de desear que no incurrieran en el error de comportarse como elefante en cacharrería y propiciaran una política de tierra quemada. Son mayoritarios, sí, pero no tanto como para arriesgar una respuesta airada del resto del partido si se ve arrinconado, o darse el lujo de permitirse una excedencia masiva de grandes y magníficos efectivos políticos.

No creo que se cometa tan gravísimo error ni se aborden las decisiones necesarias con tan cortas miras o puesto el antifaz. Espero. Confío.

Y por último, pero no menos interesante, está por ver qué papel juegan los "contrarios", los "otros", los "no ganadores" (es decir, los míos), de los puestos de mando pero vencedores en la definición de los márgenes políticos por los que tiene que transitar este CCA. Ganadores de la ley interna.

¿Serán convocados al gobierno del partido por el nuevo equipo? ¿Serán castigados de cara a la pared y a escribir mil veces en la pizarra: "el que pierde paga"? Harán acto de reconocimiento de los resultados democráticos, reconocerán (como ya han hecho, por cierto) al nuevo gobierno salido del horno y reivindicarán su 40% de ese pastel? ¿Serán leales y críticos, serán leales y acríticos? ¿Qué serán, serán?

Espero, también, que lo que fue una candidatura a unas primaras se consolide como una gran marea de elaboración y acción política. A ser posible más temprano que tarde. Es necesario para lograr equilibrios y para mantener el entusiasmo de muchísima gente, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Trabajo hay y ganas imagino que también. Todo es continuar el camino emprendido con objetivos cercanos, los territorios de nuestra comunidad, y el gran objetivo, Vistalegre II.
Mirada Adelante y seguro que Podemos.