viernes, 20 de junio de 2014

Otra vez con lo mismo...

Después de asistir (de lejos, muy lejos) al día de la coronación en todos los frentes, vuelvo a sufrir el dilema gordiano de República versus Monarquía como una tortura cotidiana.

Estoy del debate hasta los colondrillos y seguramente se debe a que me crié en el dilema Dictadura o Democracia y no Monarquía o República.

Recuerdo, ya parecen las batallitas del abuelo de la memoria tan frágil de que gozamos los españolitos, que cuando corría delante de los "grises" por el campus universitario de la Complutense o bajando cagando leches por Princesa desde Moncloa, ni se me ocurría gritar ¡Viva la República!

Para coñadas estaba el tema cuendo te perseguían los centauros armados de vergajos de metro y medio.

Por eso hoy, después de más de taitantos años, me sigue pareciendo una pérdida de tiempo seguir discutiendo sobre si galgos o podencos, mientras nos roban la luminosa democracia que conseguimos con el sacrificio de muchos y el beneplácito de muy pocos.

Y ante este dilema mi grito sería ¡Democracia sí y mucho más!

Un proyecto digno de apoyo

Etimados y estimadas, hoy no os voy a perjudicar las meninges con mis diatrivas ocasionales... Si escribo es porque me ha llegado la solicitud de apoyo a un proyecto interesante y os traslado su necesidad de apoyo y difusión...
Es fácil, participa económicamente, si los tiempos te son favorables, o con la tarea de comunicarselo a todos tus contactos. Tú decides...pero decide bien y pronto.




Un saludo y gracias por vuestro tiempo y apoyo.

¡Sois los mejores!

domingo, 1 de junio de 2014

Haber y debe...

Ayer noche volví a ver el programa de Iñaki en la Sexta. Hacía mucho tiempo que deserté por cansino. Siempre los mismos contertulios, siempre los mismos palabros argumentativos, siempre los mismos rifirafes ya manidos... lo dicho: ¡cansino el programita!
Pero ayer se anunciaba un debate que podía ser interesante: ¿qué pasó en las elecciones europeas?
Y efectivamente comenzó bien, con participaciones más argumentadas...¡incluso por Maruhenda! ¡La leche oye!
No me defraudó en demasía, pero sobre todo me gustó la presencia de ánimo y el saber estar de Pablo Iglesias, aguantando argumentarios desde la cercanía como los de Antonio Carmona, hasta los despropósitos e invectivas del bocero de El Mundo, Eduardo Inda (no tiene contención verbal este muchachito). Buen discurso de Pablo, sereno y argumentado, sin estridencias, yendo al grano y olvidándose de la paja. Cada día tiene más tablas comunicativas y se come a los oponentes a base de educación, contención y contenido. Una buena imagen y un buen ejemplo.
Este sería el haber.
Sin embargo hay algo que sí quisiera poner en el debe de Pablo. Y es la referencia recurrente a "la casta política" así en general y sin matices. Este argumento, a mi modo de ver y por mi experiencia de participación política durante años, puede volverse en contra de Pablo y de Podemos como se reitere de forma simplista y machacona.
Maticemos, estoy completamente de acuerdo con este paradigma: exite una muy rancia y endogámica casta política transversal, afecta a todos los partidos del arco parlamentario y a muchos otros sectores sociales: sindicatos, medios de comunicación, entidades religiosas y civiles, etc., mucha gente que se ha sentado en la poltrona y ahí se queda, ¡no hay agua hirviendo que la eche!
Pero cuidado, no todas las personas que participan en política a través de los partidos tradicionales son y deben ser conceptuados como "casta política", y mucho menos de forma despreciativa. En este tema estoy de acuerdo con Antonio Carmona cuando dijo que más de 20000 afiliados socialistas se dejan la piel todos los días en favor de los demás ejerciendo de concejales y alcaldes sin cobrar un duro. Sé que esto es cierto, y no solo socialistas, también militantes de Izquierda Unida, Compromis, etc., incluso, del Partido Popular.
Sepamos diferenciar a los trepas y lapas de la política de las buenas gentes honradas que participan día a día de buena fé, por más que no estemos de acuerdo con sus ideas.
Por que además, si queremos ir configurando un Frente Amplia, al estilo de Uruguay (que no es mal ejemplo), necesariamente tendremos que contar con miles y miles de afiliados y simpatizantes de estos partidos ubicados en el amplio segmento de la izquierda en nuestro país, ¡vamos lo que vulgarmente se ha definido como la "puta base"!, de los que, estoy seguro, nos diferencia bien poco en el ideario político.