miércoles, 26 de octubre de 2016

EL RETORNO DE LOS DINOSAURIOS

Tras del magnífico espectáculo que nos está brindando el psoe (así en minúsculas) desde el aquelarre del domingo pasado, aparecen en escena las viejas glorias del partido. Aquellas que dejaron las esquinas del poder hechas unos zorros para que vinieran otros a darles una remozadita de yeso y alquitrán.

Don "Patada en la puerta" Corcuera,  Don "Aceite extremeño" Ibarra y el más importante, el adalid de las puertas giratorias y los negocietes allende nuestras fronteras asociados a amiguitos de poder mediático y pantagruélico, Don "Yate de eslora grande" González.

Todos ellos capitanean el retorno de los dinosaurios a este film de vaqueros y doncellas que, por mucho que lo retuerzan, el guión no da cabida a tanta sonrisa profiden y lengua montaraz.

¡Disciplina! Dicen con mayestático semblante ante las cámaras y los micrófonos... ¡Disciplina! Proclaman a los cuatro vientos de la historia chiquitita y acomplejada que los circunda. ¡El que no vote abstención a las cavernas! ¡El que piense por su cuenta que coja la puerta y se largue! ¡Aquí no hay sitio para las neuronas independientes y con conciencia! ¡Estaría visto semejante desfachatez! ¡El escaño y el partido es mío y me lo quedo!

Larga penuria le espera a una organización que, a pesar de los pesares, ha hecho grandes servicios al país, por más que lleve más de algunos lustros cagándola a modo y cambiando sistemáticamente sus principios políticos por cromos trucados y billetes del toco mocho.

El sábado se pondrán varios diputados y diputadas del psoe (así en minúsculas) la decisión del Comité Federal por montera y saldrán al hemiciclo con la cara alta y la voz vibrante para proclamar su No es No al Rajoy vende patrias por cuentas en Suiza y lugarejos similares.

Algo de orgullo, dignidad y donosura quedará entre las filas del psoe (así en minúculas) con estos mártires que, si su dios pequeñito y rechonchito no lo remedia, pasarán a engrosar las filas tenebrosas del grupo de no adscritos, en justo castigo a su arrogancia al defender el compromiso que el psoe (así en minúsculas) prometió a sus votantes no en una, sino en dos campañas electorales: No a Rajoy, No al pepe (también en minúsculas), por más que truene o diluvie.

Al final parece que los chicos y chicas socialistas han optado por el retorno de los dinosaurios y la vuelta a las cavernas porque....

Alguien a engañado a alguien... pío, pío yo sé quien ha sido.

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