Un poema con retraso.

No sé por qué pero hoy os traslado unos versos que compuse hace muchísimos años. Cuando era joven e inexperto (ahora soy maduro y sigo inexperto). Son versos que podríamos calificar de políticos, sociales o cualquier otro calificativo parecido. En aquellos años estaba muy motivado por la dictadura chilena y, ni que decir tiene, por la que sufríamos nosotros, si bien estaba ya en las postrimerías y al "chiquitín" no le quedaban ya muchas penas de muerte que firmar. Aunque aun firmó cinco antes de decir adiós a la vida y a la historia. Todo esto viene por que ayer fue 20 de noviembre, celebración de su fallecimiento, día infausto para sus seguidores, pobriños, y de tremenda alegría para los que sufrimos (millones) en carne propia sus iras y sus delirios de grandeza. Por más que haya personajes del PP que consideren el franquismo como una etapa relajada de la historia de este sufrido pueblo. Murió y bien muerto está él y sus ideas, él y sus fanáticos acólitos descerebrados, aunque aún salgan algunos con banderitas de aguiluchos por las calles.
Mejor paso al poema, posiblemente muy malo, antes de que se me caliente la pluma con estos temas. Que me conozco.

Pequeña elegía primera a Pablo Neruda

Pablo Neruda ha muerto hoy:

veintitrés de septiembre,

día de luto universal.

Porque hoy hace un año,

un año justo que Pablo Neruda dijo adiós

a sus hombres y a sus versos.

Desde dentro me está ardiendo la sangre

para que te cante, Pablo Neruda,

con el fondo magnífico de los andes.

Pablo de indios y de soles,

Pablo viajero, enamorado del mar

y de la libertad a partes iguales.

Pablo de incendios, de legados, natural

entre la tierra y el cielo, montañero

de la poesía, constructor del árbol de la vida.

Pablo Neruda cobijo y morada de lares y manes,

del dios único y del hombre eterno.

Pablo caparazón y Pablo puente.

Hace un año ya que tu nombre no es carne,

que tu palabra no se acalora,

que se acabaron tus escritos futuros.

Hace un año ya que yaces en el lecho final;

un año ya desde tu muerte…

un año que no significa olvido.

23 de septiembre de 1974