Pacto por Móstoles

Ya en serio y siguiendo con la segunda parte de la contratante de la primera parte, tengo el convencimiento personal de que Podemos Móstoles debe liderar un gran pacto político, social, económico y cultural para la transformación que necesita nuestro municipio. La ciudadanía debe tomar democráticamente el Ayuntamiento y cambiar de arriba a abajo todos los métodos de gestión y gobierno, todas las políticas que se vienen haciendo de espaldas al personal. Lo de "ellos se lo guisan ellos se lo comen" debe pasar a la historia, a la mala historia de nuestra ciudad.

Esta propuesta debería ponerla Podemos encima de la mesa no más tarde de noviembre con la convocatoria de una gran asamblea donde se invite a todas las fuerzas políticas desde criterios amplios y generosos, sin exclusiones previas a nadie, a las entidades sociales de todo tipo (vecinales, educativas, culturales, ONG's, deportivas, lúdicas, juveniles, de empresarios y comerciantes, etc.), sindicatos, entidades religiosas, académicas, etc.

En esta asamblea cívica se buscaría la confluencia de todas estas fuerzas vivas y activas en la defensa de unos puntos mínimos de acción política y la aprobación de un pacto por la transformación de Móstoles.

Entiendo que esos mínimos podrían ser, entre otros:

• Elaboración de un programa de transformación de forma colaborativa entre todos los ciudadanos y ciudadanas de Móstoles que quieran participar.
• Listas abiertas y votadas por la ciudadanía para la elección de los candidatos y candidatas para ganar Móstoles.
• Gestión transparente en todo momento.
• Limitación de cargos públicos con dedicación plena y limitación de salarios.
• Limitación de un solo cargo público por persona ya sea de gestión o representativo.
• Defensa de lo público sobre lo privado
• Gestión democrática y participativa en los distintos ámbitos (Ayuntamiento, Empresas Públicas, Entidades Participadas, etc.)
• Auditoría ciudadana de la deuda pública del Ayuntamiento y sus entidades.

Y una vez consensuado este pacto de mínimos, debería ser refrendado por la ciudadania mediante algún sistema de debate y votación en barrios y en redes sociales, al mismo tiempo que comenzamos a la elaboración del programa de transformación de la ciudad.

Queda tiempo, no mucho, pero sí el suficiente como para poner en tensión a la ciudad o a una importante parte de la misma, en pos del objetivo loable de que no nos vuelvan a ningunear los mismos monaguillos de los poderes oscuros nunca más.

Y si eso ya otro día discutimos del nombre...