domingo, 12 de octubre de 2014

Cabecitas de ratón.

Hoy me embuto el disfraz de mago político, incluido mi gorrito cónico con estrellitas, y juego con mi bolita mágica de los futuribles.

Llegarán las muncipales y estaremos sí o sí... Pablo dixit. ¡Aleluya! Aplausos, vítores y derrame de lágrimas de regocijo y alegría. La nación se extasía y llueven confetis mientras los matasuegras y las carracas entonan el himno solemne... ¡Oe, oe, oe...!

 Y nos ponemos en Móstoles, ciudad en la que habito. Miro a mi alrededor y no veo nada de nada...y solo oigo un clamoroso silencio.

Pero algo se está cociendo a fuego lento... tan lento, que a este paso nos comemos las lentejas en pleno verano.

Es tontería, ya lo sé, pero me gustaría que alguien con raigambre mostoleña lanzara una idea, la idea, que aglutinara a todas las fuerzas más animosas de este pueblito grande en un objetivo común y compartido: ¡el municipio para quien lo trabaja! o ¡ciudadanía al poder! o algo así de claro y rotundo como ¡marditos roedores!

Parece que en los próximos días el caldero empezará a burbujear. Está convocado un acto para el día 22 en el que se presume que panticiparán las fuerzas vivas de este pueblito... Las gentes ilustradas, las vanguardias, líderes sociales y políticos, cabecitas de cien ratones.

No sé muy bien si la intención es dibujar, entre todas estas cabecitas, una gran testa de dragón que con su aliento flamígero achicharre a los malos del cuento o, por el contrario, seguir jugando al escondite mientras cantan la guaracha "quítate tú que me pongo yo". Veremos.

Mientras tanto el vecino del cuarto no sabe no contesta... sobre todo porque nadie le ha preguntado.

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