Después de asistir (de lejos, muy lejos) al día de la coronación en todos los frentes, vuelvo a sufrir el dilema gordiano de República versus Monarquía como una tortura cotidiana.
Estoy del debate hasta los colondrillos y seguramente se debe a que me crié en el dilema Dictadura o Democracia y no Monarquía o República.
Recuerdo, ya parecen las batallitas del abuelo de la memoria tan frágil de que gozamos los españolitos, que cuando corría delante de los "grises" por el campus universitario de la Complutense o bajando cagando leches por Princesa desde Moncloa, ni se me ocurría gritar ¡Viva la República!
Para coñadas estaba el tema cuendo te perseguían los centauros armados de vergajos de metro y medio.
Por eso hoy, después de más de taitantos años, me sigue pareciendo una pérdida de tiempo seguir discutiendo sobre si galgos o podencos, mientras nos roban la luminosa democracia que conseguimos con el sacrificio de muchos y el beneplácito de muy pocos.
Y ante este dilema mi grito sería ¡Democracia sí y mucho más!
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