viernes, 29 de marzo de 2013

Ya estoy de nuevo a la carga...

Y me siento díscolo en estos momentos. Todo se va al carajo. Después de tantos años de pelea por conseguir una sociedad digna, solidaria, humana, participativa.... todo se va al carajo. Una gran desazón. Un descalabro en el alma, si es que hay alma, que está por ver. Me siento huérfano político, huérfano de mis líderes, por más que nunca haya sido demasiado pegado al culto del líder. Ya no hay discurso en mis partidos de la infancia (sic), la foto de la izquierda está "falluta". Por suerte quedan los "indignados", los "afectados por la hipoteca", los "despreferentes", el "15 M", los "yayoflutas", etc.... todos estos movimientos, toda esta gente descontenta, dispar, mezclada, coctelera de la sociedad que hoy tenemos, es lo único que salva la dignidad de nuestra sociedad complaciente y adormecida.
¡Hacía tanto que no escribía en este blog! Lo cierto es que ya ni recuerdo. Hoy, semana santa, dicen, me siento con ánimos y cabreo suficiente para volver a la carga: las palabras son dagas punzantes que penetran en los muros más duros.
Sigamos hablando pues, que la vida nos debe una explicación... y algunos, sin duda, una reparación, y hasta un chupito de penitencia... ¡ya que estamos en semana santa y casi todos los que nos han jodido son unos fervientes creyentes!
¿Casualidad?

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