miércoles, 2 de enero de 2008

A mi que me borren.

Nueva ofensiva público-mediática de la Iglesia, mejor de la iglesia, ya estoy harto de darle tanto bombo y tanto respeto. Este domingo a plena luz del día, encima tienen suerte con el tiempo y les hizo un día de coña, en plena plaza de Colón en Madrid las huestes desabridas del más rancio espíritu clerical se reunieron para ensalzar a la "familia", su "familia". Y digo yo, que carajo saben sus pastores sobre la familia si, al menos oficialmente, no pueden tener propia? En fin, otro artículo de fe de esos que tanto gustan estas gentes.
Pero además, no contentos con reventarnos los oídos con los cánticos y loas a la grandeza de su "familia", única y verdadera, hicieron un repaso, sus voceros más conspicuos (cardenales los llaman, ¿porqué será?), de cuanta medida ha tomado este gobierno en temas sociales, apretando las tuercas hasta casi llegar a poner en cuestión el principio básico de cualquier democracia que se precie: el valor de los votos, la decisión popular expresada mediante el ejercicio libre y directo del voto. Y, señores, hasta aquí podíamos llegar. Todo el mundo tiene derecho a pensar como quiera y a expresarlo libremente, todo el mundo tiene el derecho de discrepar democráticamente de las medidas que adoptan los gobiernos y expresarlo libremente, pero a lo que no hay derecho es que en nombre de una fe, una religión, un credo, o como coño se le quiera denominar, se quiera hacer comulgar al conjunto de los ciudadanos con los principios y obligaciones que conlleva el ejercicio libremente decidido de esa fe, credo o religión a sus seguidores, como si fueran el ombligo del mundo. Y encima todas esas parafernalias, que deben costar una pasta gansa (autocares, cartelería, anuncios en medios de comunicación, refrigerios, recuerditos del evento, etc.), salen del bolsillo de todos los españoles, seamos creyentes o no, que para eso no nos piden opinión ni permiso, mediante el impuesto revolucionario del IRPF, además de las prebendas que tiene esta iglesia en materia de exención de impuestos como IBI, IVA, salarios de profesores de religión pagados por el Estado, etc. Pido que desde ahora cada perro se lama su capullo. Si la iglesia católica, o cualquier otra iglesia quiere fondos que se los busque entre sus adeptos y no joda a los demás.
Bien, pues después de todo esto no quiero aparecer en ninguna estadística con la más mínima relación con esta iglesia, con ninguna iglesia. Que me borren, ¡ya! ¡ahora mismo! En su día fui bautizado, cualquiera no lo era en aquellos años de hierro, años 50, sin mi consentimiento, y no lo doy, no quiero saber nada de estos energúmenos. Se me dirá que hay otra iglesia, que hay otra gente que está con los necesitados, con los pobres, que siguen las enseñanzas de un tal Jesús y que pertenecen a esa misma iglesia. Pues muy bien, que lo disfruten, que lo peleen o que hagan lo que quieran, personalmente tienen todo mi respeto y, en algunos casos, pocos, mi admiración, pero si siguen en una organización tan nefasta como esa iglesia representada en Colón que mejor apaguen la luz cuando se vayan o cierren las ventanas no les vaya a entrar el hollín de la santa inquisición en casa.